Prevenir el cáncer cervicouterino es fundamental
El cáncer puede desarrollarse en cualquier parte del cuerpo. Se origina cuando las células crecen sin control y sobrepasan en número a las células normales, y además tienen la capacidad de propagarse a las vías sanguíneas o los vasos linfáticos. Esto hace que al cuerpo le resulte difícil funcionar de la manera que debería hacerlo. El cáncer cervicouterino es un tumor epitelial maligno que se forma en el cuello uterino. La mayoría de los casos de cáncer cervicouterino se pueden prevenir a través de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH), detección de rutina y tratamiento de lesiones precancerosas.
Lesiones precáncerosas
Las células de la zona de transformación del cérvix no se hacen cancerosas repentinamente, sino que primero las células normales del cuello uterino van desarrollando gradualmente cambios anormales que son llamados cambios precancerosos. Los doctores usan varios términos para describir estos cambios precancerosos, incluyendo neoplasia intraepitelial cervical (NIC), lesión intraepitelial escamosa (LIE) y displasia. Cuando los precánceres se revisan en el laboratorio, se clasifican en una escala de 1 a 3 en función de la cantidad de tejido del cuello uterino (cervical) que se ve anormal. En la CIN1 (también llamada displasia leve o SIL de bajo grado), no hay mucho tejido que se vea anormal, y se considera el precáncer de cuello uterino menos grave. En la CIN2 o CIN3 (también llamada displasia moderada/grave o SIL de alto grado) hay más tejido que se ve anormal; SIL de alto grado es el precáncer más grave. Existe evidencia y de alta calidad donde se respalda el papel crucial de los tipos oncogénicos o de alto riesgo del virus del papiloma humano (VPH AR) en el desarrollo de la mayoría de las lesiones precancerosas de alto grado (≥NIC2) y cánceres de cuello uterino. El curso de tiempo promedio de las lesiones preinvasoras de más alto grado (NIC 3) que progresan hasta la invasión se estima en 10 años, lo que permite muchas oportunidades para que las lesiones sean detectadas y tratadas.
Detección de Rutina
La detección o tamizaje consiste en pruebas para encontrar condiciones que pueden conducirle al cáncer o encontrar precánceres antes de que puedan convertirse en cáncer invasivo. La prueba de Papanicolaou y la prueba del virus de papiloma humano (VPH) son pruebas específicas que se emplean durante la detección del cáncer de cuello uterino.
Estas pruebas se hacen de la misma manera. Un profesional de la salud usa un instrumento especial para frotar delicadamente el tejido del cuello uterino con el fin de extraer una muestra de células para someter a prueba. Si se descubre un precáncer, se puede tratar y evitar que se convierta en un cáncer de cuello uterino.
Según su edad, salud general y riesgo personal de padecer cáncer de cuello uterino, hay algunas medidas que se pueden tomar que pueden prevenir los precánceres y las afecciones que conducen a los precánceres.
Vacunarse contra el Virus Papiloma Humano (VPH)
Hay vacunas disponibles para ayudar a proteger a los niños, niñas y adultos jóvenes contra ciertas infecciones por VPH. Estas vacunas protegen contra la infección causada por los tipos de VPH más comúnmente asociados con el cáncer, así como algunos tipos que pueden causar verrugas anales y genitales.
Estas vacunas funcionan solamente para prevenir la infección por VPH (no son un tratamiento de una infección ya existente). Por eso, para que sea más efectiva, la vacuna contra el VPH se debe aplicar antes de que una persona se exponga al VPH (por ejemplo, antes de que la persona sea sexualmente activa).
Estas vacunas pueden ayudar a prevenir los casos de precáncer y cáncer del cuello uterino. Algunas de las vacunas del VPH también han sido aprobadas para prevenir las verrugas anales y genitales y otros tipos de cáncer.
Los Sociedad Americana Contra El Cáncer recomienda:
- Aplicar la vacuna contra el VPH entre los 9 y 12 años, lo cual ayudará a prevenir más casos de cáncer que la vacunación a edades mayores.
- Los niños, niñas y adultos jóvenes entre los 13 y 26 años que no se han vacunado o que no recibieron todas las dosis, deberán acudir a vacunarse lo antes posible.